Así lo han explicado los portavoces de la plataforma organizadora Javier De Miguel y Jon Irañeta en una rueda de prensa en la que han lamentado que «la Delegación del Gobierno primero y el Ayuntamiento de Pamplona después estén poniendo trabas a lo que tiene que ser una fiesta».

Según han explicado, la Delegación del Gobierno puso en manos de cada localidad que se pudieran instalar las urnas. En 26 no han puesto pegas y se instalarán, han dicho, pero Pamplona es una de las que todavía no tiene asegurado que se vayan a poder votar, por lo que la plataforma ha presentado un recurso y ahora tienen que esperar a que el Consistorio se pronuncie.

Si no se pudieran instalar las mesas en las calles, se pondrían utilizar las sedes de Izquierda Unida, Batzarre, Podemos y Comisiones Obreras, según han explicado.

«Tras dos años de retraso por la pandemia, vamos a poner más de 700 mesas en todo el Estado. No queremos que sea nada parecido a un referéndum. Es una consulta, una pregunta, que se tenía que haber hecho hace años. Ya es hora de que se nos pregunte en un referéndum vinculante», ha sostenido De Miguel.